El manison se encuentra a 60 kilómetros de Budapest.
Se encuentra en medio de un pequeño claro, rodeado por un bosque de pinos.
La finca es de 6000 m2, el edificio en sí es de 260m2.
Historia:
El manison fue construido alrededor de 1840. Su primer propietario fue el conde Simon, quien estableció la vinicultura en la finca.
Perdió su propiedad en las tarjetas para contar a Andor Barcsay, un abogado de Transilvania.
En 1912, el manison fue renovado y en el mismo año se erigió junto a él el monumento a San Miguel como su santo patrón, el protector de los guerreros y la verdad.
Después de 1949, al comienzo de la era comunista, la familia Barcsay abandonó el país.
Durante los años de 1950 se plantaron pinos para reemplazar los viñedos.
Durante el período comunista, tres familias vivían en el edificio. Sus actuales propietarios lo compraron en 2002 y comenzaron los trabajos de renovación en el mismo año, siguiendo su forma original lo más cerca posible.
La división interior del edificio es completamente auténtica.
La región es famosa por sus tradiciones ecuestres, hermosos paisajes y riqueza en bestias salvajes.
La cercanía de uno de los Parques Nacionales más famosos de Europa lo hace más único.
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